Las últimas semanas han sido increíbles. He visto y oído tantas cosas que es imposible organizarlos en mi mente. Todavía es difícil creer que estaré en Granada m ás que unas semanas meras de vacaciones, pero cada vez que me doy cuento de que este es mi hogar temporal, me vuelvo muy feliz.
La semana pasada fuimos a una obra de teatro: La Casa de Bernarda Alba. Era una obra interesante, pero estaba desilusionada cuando realmente no podía entender la mayoría de lo que dijeron las actrices. Pienso que era difícil oír las palabras de las actrices en general, porque estábamos un poco lejos del escenario, pero también simplemente tenía que luchar para comprender lo que dijeron las actrices.
A pesar de esta dificultad, disfrutaba mucho de la trama oscura. Las actrices eran muy apasionadas y además me gustaba muchas elecciones del director. Por ejemplo, en muchos casos, las actrices no hablaron orientadas directamente cara a cara. Muchas veces, mantuvieron una conversación o una pelea orientadas al público o en direcciones opuestas. En el teatro es muy común para una actriz volver su cara al público para dar un discurso dramático, pero en esta ocasión parece un poco diferente. Pienso que en esta obra hay mucho comentario sobre el papel de las mujeres en la cultura española. Lorca explora específicamente la implicaciones culturales de los lutos y el casi culto que forma como un resultado de estos duelos prolongados. También, las relaciones entre las hijas de Bernarda Alba fracasan básicamente por la envidia y amargura creada por un hombre, Pepe Romano. También, esta lucha causa la muerte de la menor, Adela, sugiriendo que la posición de las mujeres en la sociedad es una de dependencia rencorosa e innegable de los hombres. Entonces, cuando las actrices de la obra vuelvan sus caras al público parece más como un grito de socorro o una súplica a un poder más grande. En total, pienso que era una producción exitosa y seguramente quiero ver más obras de teatro en Granada en el futuro.
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